Nueva entrega de "Corte y Confección". Aquí empieza la cosa buena. Porque hasta ahora hubo mucha producción de maquillaje, pero poca producción de la buena, es decir, producción de ustedes. Aquí empezamos a subir el resulado de una cacería singular. Todo empezó cuando leímos en clase un texto de Julio Cortázar del libro Un tal Lucas, que se llama "Cazadores de crepúsculos" (Entre paréntesis, si alguien no lo leyó, está muy lindo). De allí a salir de cacería no hubo más que dar un paso. Se "invitó" a nuestros alumnos a atrapar algo de la realidad o de la no realidad. Algo como un recuerdo que quería escabullirse, un ruidito indescriptible, un aroma inapresable, una situación, un color, un miedo, un deseo siempre tan dispuesto a convertirse en otra cosa. Aquí va lo que cazó Camila Calieri:
En canciones
cazo recuerdos
de momentos
poco cuerdos.
El solitario
ha terminado
su barco de cristal.
La pequeña Vera duerme
en el fondo del mar.
El loco al final
decía la verdad.
El baile termina,
la gente se va.
El sauce sabe
que la estrella voraz
ha deshecho
lo que quedaba de paz,
corrompiendo los restos
de la inocencia.
La melodía es acorde
a lo que dice tu conciencia.
(El Llanero Solitario no puede con su genio y agrega que, aunque Camila no lo hubiera declarado, se nota que este poema es para ser cantado. Se trata de una canción. De modo que esta canción anda buscando su música. El llanero solitario hace un llamado a los compositores solidarios para que pongan melodía a la letra)